Con
un cigarro en una mano y una brocha con pintura roja en la otra,
Jongdae cubria el lienzo con rabia. Trazaba la forma en que sentia
burbujas en el boton de su estomago, salpicando tonos carmesi contra el
fonde negro temeroso. Despues de otro arrastre de la barra de sus
labios, mataba la imageny esparcia las cenizas sobre su creacion.
Despues de unos toques finales, estando
seguro de incluir toques grices y purpura para encarnar el vacio en su
corazon. Se alaja absorbiendo la sensación general de la imagen.
Es absolutamente perfecto, como ninguna otra cosa que había creado.
Esta bien, en bruto, y significaba algo. En su trabajo pasado había sido
demasiado cauteloso, y ahora era como si un switch hubiera activado su
cerebro, sacando el bloqueo, y abriendo una compuesta de emociones que
se habían reprimido por mucho tiempo.
Tal vez esto era
exactamente lo que necesitaba, una dura patada en la espinilla, así el
podía más que la apatía. Por meses, Jongdae se había sentido como un
fantasma, una memoria de lo que fue. Una llama dentro de el se había
apagado y nada parecía encenderla de nuevo. Ni siquiera Minseok, Que
había proclamado ser el amor de su vida desde que lo conoció.
Tomo mucho para Jongdae no dejarse de preguntar, pensando en la persona
que Minseok había encontrado mientras Jongdae tenía su chequeo
emocional. Era guapo? Inteligente? Bueno en la cama? Hacia que el
corazon de MInseok latiera más rapido? Minseok lo llamaba Baby mientras
estaban juntos?
"para" Jongdae se dijo, sintiendo lagrimas caer por sus ojos, "No llamaras a nadie más baby,"
Sentia un pinchazo en su espalda, algo frio cepillaba contra su rodilla
y bien a Brownie, el labrador chocolate que habían rescatado de un bote
de basura hace unos años. Mienseok le había dado el nombre, porque si
hubiera sido por Jongdae el se hubiera llamado Monet o Clauude. Talvez
Cezanne o Renoir.
"Estoy bien amigo" Jongdae reacciona a los gemidos del perro que lamia su rostro "No te preocupes ok?"
El empujaba ahora a ochenta mounstruos lejos de el, limpiando su
mejilla con sus mangas antes de ver la pintura. Son las trispas de
Jongdae salpicadas sobre el lienzo, es como un hogar quebrado por un
desinteres mutuo, y un desplome plano de sentimientos y falta de
convicción.
Es la ultima gota de sangre en un cuerpo moribundo.
Pero en medio del caos de colores y pinceleadas lamentables, jongdae
tambien encontro un renacimiento, de la dulce nada que daba al cuarto
para crecer, reconstruirse y renovar sus votos. Su matrimonio no era un
contrato quebrado por un alfitrion. En un pacto marcado por el ritmo de
sus latidos una vez alineados ahora los empujaba lejos. Cada cuerpo se
mueve a un movimiento diferente en la musica se desvanece en silencio.
Pero todavía hay tiempo para bailar.
Entonces tomo su telefono y llamo a Minseok, preguntandole que si podía
verse en la ciudad despues de un dia de trabajo. cinco y media en la
hamburguesería donde habían tenido su primera cita porque Jongdae tenía
algo con el sentimentalismo. El simbolismo detras de el deja a Minseok
sin palabras al otro extremo de la linea, sin embargo, acepto.
Después de encender otro cigarro, Jongdae llamo a Brownie para caminar
alrededor de la cuadra. Ambos, el perro y el necesitaban la luz del sol,
aire fresco, y un poco de tiempo para salir de la presion de
pensamientos inconclusos en los que se había convertido.
Puseo la fe en algo inestable, una apuesta, pero era mejor que nada, mejor que levantarse en una cama fria cada mañana.
Cualquier cosa es mejor que esto.
**
Salio
de su trabajo temprano, tomando un tren de regreso a Queens como
normalmente lo haría, y no se dio cuenta sino hasta el otro lado del
edificio que se dio cuenta de que ya no era bienvenido.
Minseok miro a la ventana abierta del segundo piso, esperando a
capturar una mirada de Jongdae. De repente, un perro largo de color
chocolate lo mira, Minseok se mueve hacia adelante alcanzando su brazo
hasta la ventana. El pelo empezaba a mover su cola freneticamente,
orejas levantadas y alerta. Minseok sonrió y algo se hundia en su
estomago. Era su casa llamandolo.
"Buen chico" le dijo lentamente, sus ojos aun estaban fijos en la ventana.
Se sentía mal, estando ahi afuera en la calle, mirando un sueño que
solia ser suyo. Desde que se había casado con Jongdae el quería un perro
y un lugar tranquilo donde descansar al terminar su trabajo. No tenía
porque ser lujoso, solo comodo. Minseok era un producto de un hogar
innestable. El tenía una madre muy egoista como para cuidarlo, y su
padre era demasiado denso para entenderlo. Al final, escogio vivir con
su padre, quien trabajaba para la militarizada y casi todos los años se
mudaba de un lugar a otro. Minseok nunca planto raices en un solo lugar.
Hasta que conocio a Jongdae.
Minseok suspiro con fuerza, conteniendo las ganas de gritar. Tenía un
dolor pulsante en el pecho, y sus pies se empezaban a mover casi por su
cuenta hasta la puerta principal.
"Vamos Brownie. Vayamos a dar un paseo"
Era ridiculo pero tan pronto Minseok escucho esa voz que venia del
otro lado de la puerta, se escondio agachado detras del auto
estacionado. Se rio de si mismo, tapando su boca con sus manos para
bloquear el sonido. Se asomaba del otro lado, mirando como Jongdae salia
hasta la esquina de la calle con su pequeño monstruo. Ellos siempre
bromeaban por el hecho de que Jongdae no tenía control absoluto de
Brownie, pero nunca se rindio. Cada día antes de ue Minseok saliera del
trabajo, Jongdae tomaba a Brownie para llevarlo al parque a unas
cuadras, volviendo a casa adolorido y sudado pero extremadamente
satisfecho por cada proceso.
Ese es el hombre del que Minseok
se había enamorado todos esos años. En aquel entonces, había sido un
niño, pequeño y delgado, pero con una gran actitud que Minseok se
preguntaba como podía encagar con ese cuerpo tan escualido. Jongdae
había enseñado a Minseok como ser persistente, y como correr detras de
sus sueños. Hasta que un día, en su tercer aniversario, Minseok había
confesado que Jongdae había cumplido sus sueños. Entonces ese día se le
prepuso, no con un anillo, pero si con una brocha de pintura. Porque
quería que Jongdae fuera lo suficientemente fuerte para ir por sus
sueños tambien.
"No voy a renunciar a nosotros" Minseok
susurro a si mismo, mirando como Jongdae y Brownie cruzaban la calle. El
perro volteo su cabeza por un breve instante para verlo a travez del
Sedan blanco donde Minseok estaba detras.
"Cuida de el" Minseok murmuro, mirandolo a travez de una ventana "Hasta que vuelva"
**
Vivir
con Luhan no estaba en los planes de Minseok. Disfrutando todo lo
relacionado al misterio que había en su vida, drenando su capacidad de
pensar con claridad, con sus sonrisas y repugnante ingenio. Vivía en
Williamburg, en un departamente decorado con arte moderno y fotografias
blancas y negras. En algún universo torcido, a Jongdae le hubiese
gustado. Tal vez se hubieran hecho amigos.
El pensamiento hacia que Minseok riera mucho y una risa autodepresiva
que sonaba mucho contra las paredes y perforaba a travez de su corazon.
Estaba solo. Luhan había salido para comprar cigarrillos y cerveza, y
mientras el bebe en la cueva en la cual Luhan se escondia mientras que
todo el mundo lo deseaba, MInseok no podía dejar por qué chingados lo
elogio a el? De todos los hombres disponibles en la ciudad que se
lanzaban a sus pies, porque el tenía que ir tras Minseok?
Se
conocieron por primera vez en una fiesta de la oficina, y Minseok había
bebido demasiados cocteles por culpa del estres en casa. Las palabras
que Jongdae había escrito en sus hombros seguían ahí. Descripciones de
sus defectos marcados en rojo, con picazon debajo de la ropa.
Luhan se había acercado lentamente, sus pasos eran cuidadosos y sus ojos
acogedores. Para el final de la noche, Minseok ya había tenido sexo con
el en la caseta de un baño, y los gemidos que venían de su nombre que
salian de los labios de luhan creaban el perfecto soundtrack de su
desfallecimiento. Había muerto en ese entonces enterrado bajo muchos
metros de culpa.
Los click de la puerta se abrian, y Luhan
silbaba una melodia mientras entraba a la sala de estar. Tan pronto como
el puso los ojos en Minseok se dio cuenta de algo, por lo que
establecio las cervezas en la mesa del cafe y se unio al sofa, mirando y
esperando a que el otro hablara.
"Jongdae me llamo" MInseok anuncio friamente, desviando su mirada de Luhan "Quiere verme"
"Para firmar los pepeles de divorcio?" Luhan pregunto con una sonrisa
maliciosa, una mano trepo el muslo de Minseok "Te esta dejando en
libertad?"
"No lo se" Minseok respondie, y era verdad, Jongdae
no revelo una razon para su encuentro, pero había algo en su tono. El
había escogido el lugar en donde tuvieron su primera cita, hace años,
cuando eran adolescentes aprendiendo del amor. Para Minseok, es una
tregua. Pero prefería mantenerse a si mismo. "Luhan, quiero volver con
el"
Luhan volteo sus ojos "Para estar fuera de culpa? No es poco injusto?"
Deslizo su cuerpo más cerca del de Minseok, emanando calidez y deseo.
Sus dedos rozaban contra la piel expuesta de la banda de pantalones de
pijama de Minseok, dandole escalofrios en la espina dorsal.
"Por qué haces esto?" Minseok le pregunto mientras luhan soltaba una
respiracion profunda en su oreja "No podemos estar juntos, tu no quieres
una relación. Solo me quieres llevar a la cama"
"Y que tiene
eso de malo?" Luhan rio, mordisqueando el lobulo de su oreja. "No
necesito un pedazo de papel para decir que eres mio"
"No soy tuyo" Minseok recalcom empujandolo y poniendose de pie "Y nunca lo seré"
Luhan suspiro con irritación cubriendo su apariencia. Encendio un
cigarrillo, absorviendo el humo y dejando que saliera por su nariz. La
atmosfera de alrededor se sentia toxica.
"Sabes?.." Empezo,
juntando sus piernas en el sofa y llevandoselas a la barbilla. "nunca
serás feliz con el. Es muy complicado para ti. Muy demandante, Te
necesita demasiado. No sabes como lidiar con eso. Esta historia no tiene
un final feliz Kim MInseok"
Minseok se volvio hasta la
ventana, mirando como las cortinas se movian con el viento. El exterior
olia como a lluvia y posibilidades mientras en el interior del
departamento olia a colonia cara. Era claro para el que salir era lo
correcto pero se encontraba atrapado en una caja de cristal.
"Por qué me llamas por mi nombre completo? Kim minseok?" pregunto para salir de la tension.
"Porque es como te presentaste conmigo. Tu querías que yo fuera un
extraño" Luhan salto del sofa en busca del cuerpo de minseok y puso sus
brazos alrededor de su torso. "Tengo algo con los extraños, me fascinan"
"Por qué?"
Luhan cepillo sus labios contra la parte posterior del cuello de
Minseok, dandole besos detras. "Todo el mundo tiene una historia. Un
mundo construido en sus cabezas. Nos cepillamos los hombros contra
extrangeros cada dia. Intercambiamos palabras, robamos un poco de sus
historias adaptadas a nuestro mundo"
"Querías robar mi historia?" Minseok presiono, cerrando sus ojos mietras Luhan recorria sus manos por su estomago.
"No" Luhan respiro, riendo levemente "Quería borrarla"
Minseok regreso su cara para mirar al hombre detras de esas palabras.
Es un concepto, el cual no logra entender pero aprecia. Le gusta la
honestidad de Luhan. Era reconfortante encontrar alguna verdad en medio
de una mentira. Lo beso con necesidad, deseando que erradicara las
dolencias de su mente. Luhan respondio rapidamente, y lo arrastro hasta
el dormitorio.
El ciclo se repetia.
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