12 de julio de 2013

White Blank canvas. Parte II

Con un cigarro en una mano y una brocha con pintura roja en la otra, Jongdae cubria el lienzo con rabia. Trazaba la forma en que sentia burbujas en el boton de su estomago, salpicando tonos carmesi contra el fonde negro temeroso. Despues de otro arrastre de la barra de sus labios, mataba la imageny esparcia las cenizas sobre su creacion. Despues de unos toques finales, estando seguro de incluir toques grices y purpura para encarnar el vacio en su corazon. Se alaja absorbiendo la sensación general de la imagen.

Es absolutamente perfecto, como ninguna otra cosa que había creado. Esta bien, en bruto, y significaba algo. En su trabajo pasado había sido demasiado cauteloso, y ahora era como si un switch hubiera activado su cerebro, sacando el bloqueo, y abriendo una compuesta de emociones que se habían reprimido por mucho tiempo.

Tal vez esto era exactamente lo que necesitaba, una dura patada en la espinilla, así el podía más que la apatía. Por meses, Jongdae se había sentido como un fantasma, una memoria de lo que fue. Una llama dentro de el se había apagado y nada parecía encenderla de nuevo. Ni siquiera Minseok, Que había proclamado ser el amor de su vida desde que lo conoció.

Tomo mucho para Jongdae no dejarse de preguntar, pensando en la persona que Minseok había encontrado mientras Jongdae tenía su chequeo emocional. Era guapo? Inteligente? Bueno en la cama? Hacia que el corazon de MInseok latiera más rapido? Minseok lo llamaba Baby mientras estaban juntos?

"para" Jongdae se dijo, sintiendo lagrimas caer por sus ojos, "No llamaras a nadie más baby,"

Sentia un pinchazo en su espalda, algo frio cepillaba contra su rodilla y bien a Brownie, el labrador chocolate que habían rescatado de un bote de basura hace unos años. Mienseok le había dado el nombre, porque si hubiera sido por Jongdae el se hubiera llamado Monet o Clauude. Talvez Cezanne o Renoir.

"Estoy bien amigo" Jongdae reacciona a los gemidos del perro que lamia su rostro "No te preocupes ok?"

El empujaba ahora a ochenta mounstruos lejos de el, limpiando su mejilla con sus mangas antes de ver la pintura. Son las trispas de Jongdae salpicadas sobre el lienzo, es como un hogar quebrado por un desinteres mutuo, y un desplome plano de sentimientos y falta de convicción.

Es la ultima gota de sangre en un cuerpo moribundo.

Pero en medio del caos de colores y pinceleadas lamentables, jongdae tambien encontro un renacimiento, de la dulce nada que daba al cuarto para crecer, reconstruirse y renovar sus votos. Su matrimonio no era un contrato quebrado por un alfitrion. En un pacto marcado por el ritmo de sus latidos una vez alineados ahora los empujaba lejos. Cada cuerpo se mueve a un movimiento diferente en la musica se desvanece en silencio.

Pero todavía hay tiempo para bailar.

Entonces tomo su telefono y llamo a Minseok, preguntandole que si podía verse en la ciudad despues de un dia de trabajo. cinco y media en la hamburguesería donde habían tenido su primera cita porque Jongdae tenía algo con el sentimentalismo. El simbolismo detras de el deja a Minseok sin palabras al otro extremo de la linea, sin embargo, acepto.

Después de encender otro cigarro, Jongdae llamo a Brownie para caminar alrededor de la cuadra. Ambos, el perro y el necesitaban la luz del sol, aire fresco, y un poco de tiempo para salir de la presion de pensamientos inconclusos en los que se había convertido.

Puseo la fe en algo inestable, una apuesta, pero era mejor que nada, mejor que levantarse en una cama fria cada mañana.

Cualquier cosa es mejor que esto.


**

Salio de su trabajo temprano, tomando un tren de regreso a Queens como normalmente lo haría, y no se dio cuenta sino hasta el otro lado del edificio que se dio cuenta de que ya no era bienvenido.

Minseok miro a la ventana abierta del segundo piso, esperando a capturar una mirada de Jongdae. De repente, un perro largo de color chocolate lo mira, Minseok se mueve hacia adelante alcanzando su brazo hasta la ventana. El pelo empezaba a mover su cola freneticamente, orejas levantadas y alerta. Minseok sonrió y algo se hundia en su estomago. Era su casa llamandolo.

"Buen chico" le dijo lentamente, sus ojos aun estaban fijos en la ventana.

Se sentía mal, estando ahi afuera en la calle, mirando un sueño que solia ser suyo. Desde que se había casado con Jongdae el quería un perro y un lugar tranquilo donde descansar al terminar su trabajo. No tenía porque ser lujoso, solo comodo. Minseok era un producto de un hogar innestable. El tenía una madre muy egoista como para cuidarlo, y su padre era demasiado denso para entenderlo. Al final, escogio vivir con su padre, quien trabajaba para la militarizada y casi todos los años se mudaba de un lugar a otro. Minseok nunca planto raices en un solo lugar.

Hasta que conocio a Jongdae.

Minseok suspiro con fuerza, conteniendo las ganas de gritar. Tenía un dolor pulsante en el pecho, y sus pies se empezaban a mover casi por su cuenta hasta la puerta principal.

"Vamos Brownie. Vayamos a dar un paseo"

Era ridiculo pero tan pronto Minseok escucho esa voz que venia del otro lado de la puerta, se escondio agachado detras del auto estacionado. Se rio de si mismo, tapando su boca con sus manos para bloquear el sonido. Se asomaba del otro lado, mirando como Jongdae salia hasta la esquina de la calle con su pequeño monstruo. Ellos siempre bromeaban por el hecho de que Jongdae no tenía control absoluto de Brownie, pero nunca se rindio. Cada día antes de ue Minseok saliera del trabajo, Jongdae tomaba a Brownie para llevarlo al parque a unas cuadras, volviendo a casa adolorido y sudado pero extremadamente satisfecho por cada proceso.

Ese es el hombre del que Minseok se había enamorado todos esos años. En aquel entonces, había sido un niño, pequeño y delgado, pero con una gran actitud que Minseok se preguntaba como podía encagar con ese cuerpo tan escualido. Jongdae había enseñado a Minseok como ser persistente, y como correr detras de sus sueños. Hasta que un día, en su tercer aniversario, Minseok había confesado que Jongdae había cumplido sus sueños. Entonces ese día se le prepuso, no con un anillo, pero si con una brocha de pintura. Porque quería que Jongdae fuera lo suficientemente fuerte para ir por sus sueños tambien.


"No voy a renunciar a nosotros" Minseok susurro a si mismo, mirando como Jongdae y Brownie cruzaban la calle. El perro volteo su cabeza por un breve instante para verlo a travez del Sedan blanco donde Minseok estaba detras.

"Cuida de el" Minseok murmuro, mirandolo a travez de una ventana "Hasta que vuelva"


**

Vivir con Luhan no estaba en los planes de Minseok. Disfrutando todo lo relacionado al misterio que había en su vida, drenando su capacidad de pensar con claridad, con sus sonrisas y repugnante ingenio. Vivía en Williamburg, en un departamente decorado con arte moderno y fotografias blancas y negras. En algún universo torcido, a Jongdae le hubiese gustado. Tal vez se hubieran hecho amigos.

El pensamiento hacia que Minseok riera mucho y una risa autodepresiva que sonaba mucho contra las paredes y perforaba a travez de su corazon. Estaba solo. Luhan había salido para comprar cigarrillos y cerveza, y mientras el bebe en la cueva en la cual Luhan se escondia mientras que todo el mundo lo deseaba, MInseok no podía dejar por qué chingados lo elogio a el? De todos los hombres disponibles en la ciudad que se lanzaban a sus pies, porque el tenía que ir tras Minseok?

Se conocieron por primera vez en una fiesta de la oficina, y Minseok había bebido demasiados cocteles por culpa del estres en casa. Las palabras que Jongdae había escrito en sus hombros seguían ahí. Descripciones de sus defectos marcados en rojo, con picazon debajo de la ropa.

Luhan se había acercado lentamente, sus pasos eran cuidadosos y sus ojos acogedores. Para el final de la noche, Minseok ya había tenido sexo con el en la caseta de un baño, y los gemidos que venían de su nombre que salian de los labios de luhan creaban el perfecto soundtrack de su desfallecimiento. Había muerto en ese entonces enterrado bajo muchos metros de culpa.

Los click de la puerta se abrian, y Luhan silbaba una melodia mientras entraba a la sala de estar. Tan pronto como el puso los ojos en Minseok se dio cuenta de algo, por lo que establecio las cervezas en la mesa del cafe y se unio al sofa, mirando y esperando a que el otro hablara.

"Jongdae me llamo" MInseok anuncio friamente, desviando su mirada de Luhan "Quiere verme"

"Para firmar los pepeles de divorcio?" Luhan pregunto con una sonrisa maliciosa, una mano trepo el muslo de Minseok "Te esta dejando en libertad?"

"No lo se" Minseok respondie, y era verdad, Jongdae no revelo una razon para su encuentro, pero había algo en su tono. El había escogido el lugar en donde tuvieron su primera cita, hace años, cuando eran adolescentes aprendiendo del amor. Para Minseok, es una tregua. Pero prefería mantenerse a si mismo. "Luhan, quiero volver con el"

Luhan volteo sus ojos "Para estar fuera de culpa? No es poco injusto?"

Deslizo su cuerpo más cerca del de Minseok, emanando calidez y deseo. Sus dedos rozaban contra la piel expuesta de la banda de pantalones de pijama de Minseok, dandole escalofrios en la espina dorsal.

"Por qué haces esto?" Minseok le pregunto mientras luhan soltaba una respiracion profunda en su oreja "No podemos estar juntos, tu no quieres una relación. Solo me quieres llevar a la cama"

"Y que tiene eso de malo?" Luhan rio, mordisqueando el lobulo de su oreja. "No necesito un pedazo de papel para decir que eres mio"

"No soy tuyo" Minseok recalcom empujandolo y poniendose de pie "Y nunca lo seré"

Luhan suspiro con irritación cubriendo su apariencia. Encendio un cigarrillo, absorviendo el humo y dejando que saliera por su nariz. La atmosfera de alrededor se sentia toxica.

"Sabes?.." Empezo, juntando sus piernas en el sofa y llevandoselas a la barbilla. "nunca serás feliz con el. Es muy complicado para ti. Muy demandante, Te necesita demasiado. No sabes como lidiar con eso. Esta historia no tiene un final feliz Kim MInseok"

Minseok se volvio hasta la ventana, mirando como las cortinas se movian con el viento. El exterior olia como a lluvia y posibilidades mientras en el interior del departamento olia a colonia cara. Era claro para el que salir era lo correcto pero se encontraba atrapado en una caja de cristal.

"Por qué me llamas por mi nombre completo? Kim minseok?" pregunto para salir de la tension.

"Porque es como te presentaste conmigo. Tu querías que yo fuera un extraño" Luhan salto del sofa en busca del cuerpo de minseok y puso sus brazos alrededor de su torso. "Tengo algo con los extraños, me fascinan"

"Por qué?"

Luhan cepillo sus labios contra la parte posterior del cuello de Minseok, dandole besos detras. "Todo el mundo tiene una historia. Un mundo construido en sus cabezas. Nos cepillamos los hombros contra extrangeros cada dia. Intercambiamos palabras, robamos un poco de sus historias adaptadas a nuestro mundo"

"Querías robar mi historia?" Minseok presiono, cerrando sus ojos mietras Luhan recorria sus manos por su estomago.

"No" Luhan respiro, riendo levemente "Quería borrarla"

Minseok regreso su cara para mirar al hombre detras de esas palabras. Es un concepto, el cual no logra entender pero aprecia. Le gusta la honestidad de Luhan. Era reconfortante encontrar alguna verdad en medio de una mentira. Lo beso con necesidad, deseando que erradicara las dolencias de su mente. Luhan respondio rapidamente, y lo arrastro hasta el dormitorio.

El ciclo se repetia.
 

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